La espera a la cual nos sometió la pandemia del Covid-19, llego a su fin y nos permitió vivir luego de dos años este ritual del festival mas federal del rock Argento.
Es así que entre el 12 y 13 de Febrero volvimos a juntarnos y vernos las caras de viejos y nuevos amigos que a forma ritualistica nos convocamos en el corazón del país, o sea la provincia de Córdoba, que nos entrega con su naturaleza las bellas de la comuna de Santa María de Punilla en el predio del Aeródromo, donde hace años se instalo para quedarse este festival que ya dejo de ser puro Rock para dar lugar a estilos nuevos que en los tiempos de hoy se imponen. Como El trap que ya dijo presente en su anterior última versión, pero lo verdaderamente revolucionario en esta edición fue que cerró en el escenario principal nada más y nada menos que La Mona Jiménez con el cuarteto, algo que el organizador José Palazzo tenía ganas desde hace tiempo pero no se animaba a hacerlo realidad.
Si bien por cuestiones de protocolo de la pandemia este año no hubo una carpa para prensa, los periodistas y medios que cubrimos tuvimos que contemplar desde el lugar del publico todo lo sucedido sin poder entrevistar a algún artista como lo hacíamos de costumbre, pero el que si salía y nos hablaba fue su su organizador “El modelo Cosquín Rock es un festival que, por sus características, es un modelo exportable. El rock en el mundo es una música de nicho, no es la música popular de los ‘90 en la Argentina; pero la combinación de distintos estilos musicales funciona muy bien, es una experiencia que convoca gente”, dijo José Palazzo.
En esta edición número 22 el Cosquín Rock se llevó a cabo el sábado 12 y el domingo 13 de febrero con una convocatoria de más de 85 mil personas. Se instalaron 9 escenarios para presentar a más de 150 artistas, entre los que estuvieron Fito Páez, Divididos, Ciro y los Persas, María Becerra, Wos, Natali Pérez, Cruzando el Charco y Él mató a un policía motorizado, entre otras. En su afán de estar a la vanguardia artística y de crecer a como dé lugar (154 propuestas musicales en 9 escenarios), a Cosquín Rock se le presentan fugas que siempre lo vuelven perfectible.
La primera jornada musical disfrutaron de los Escenarios Norte y Sur pero también formaron parte de las otras siete propuestas musicales distribuidas en espacios, carpas, y en la Casita del Blues, el espacio blusero del festival que mantiene intacta su mística.
El escenario Norte se destacó por su gran variedad estilística. Allí Wos fue uno de los artistas más esperados, que subió al escenario luego de Skay y los Fakires. Por allí también pasó Babasónicos, Él Mató a un policía motorizado, Ciro y los Persas con clásicos como “El farolito”, “Como Alí”, “Tan solo”, “Pistolas” y “Pacífico”. También en el escenario Norte Los Auténticos Decadentes pusieron las últimas melodías y baile de una primera noche a todo pogo. En el escenario Sur, también se vivió música de diversos géneros. Se cruzaron Turf, Julieta Venegas, Trueno, La Delio Valdez, Zoe Gotusso, El Kuelgue y Soy Rada & the Colibriquis. Las propuestas de las bandas fueron recibidas con alegría y entusiasmo en el público. Las Pelotas completaron la asistencia perfecta al festival y esta vez lo hizo en la carpa exclusiva, mezclando versiones acústicas con eléctricas.
En el otro polo del predio, el Escenario Sur alardeaba mostrando artistas con trayectoria como Turf, Julieta Venegas y El Kuelgue, pero también a personajes emergentes, que definitivamente pisan fuerte, como Zoe Gotusso y Trueno. La performance de este último fue, según muchos, el momento cúlmine de la primera jornada, y contó con las visitas sorpresa de su novia Nicki Nicole en Mamichula, de Wos en Sangría y de Tiago PZK en Salimo de Noche. “Trueno es el momento, sin dudas”, explicó Lucas Barros, un rosarino de 25 años que se animó a vivir su primer Cosquín porque “la vida es demasiado corta para seguir postergando experiencias”.
La segunda jornada del día domingo fue para todos los gustos, de Airbag a María Becerra. Brillaron Natalie Pérez, NAFTA y la banda de los hermanos Sardelli. Luego, clásicos redondos y la esperada aparición de la cantante del momento. Subía al escenario la banda soul y R&B NAFTA, que interpretó en plan exuberante temas exquisitos como Unos días más y Vos no. Los Airbag, por su parte, fueron los primeros de la tarde en lograr una convocatoria multitudinaria. Pasadas las 18 el calor comenzaba a aflojar y la mayoría del público ya estaba en el campo colmando los escenarios.
Luego, La Vela Puerca arrancó al hueso con Va a escampar y, de repente, el Cosquín Rock volvió a ser lo que era antes de la pandemia: banderas y efervescencia pura. “Cada día más lindo este festival”, dijo Sebastián Teysera, el cantante de la banda uruguaya, que siguió su show con Sin avisar y una seguidilla de clásicos que siempre funcionan entre el público. Mientras en el escenario Sur Fito Páez daba paso a Juan Ingaramo, músico local que terminó de despegar con su último disco La batalla, en el escenario Norte volvían a sonar temas de Los Redondos (cabe recordar que el sábado allí mismo había tocado Skay y los fakires) pero esta vez con la Kermesse Redonda de la mano de Los decoradores con los ex Patricio Rey Sergio Dawi, Semilla Bucciarelli y Tito Fargo.
Esa Mezcla rara que solo el Cosquín Rock lo puede dar fue que por un lado tocaban los 2 minutos, Los Ratones Paranoicos en otro escenario cerca daba su show de María Becerra era todo un enigma para el festival. Esta artista subida a la cresta de la ola con millones de reproducciones en plataformas desembarcó en Cosquín Rock con un show corto de unos 45 minutos: diez temas, por supuesto los más ‘hiteros’. También escenario de Electrónica y La Fiesta Bresh.
Y por supuesto el Gran Cierre estuvo a Cargo de Carlos “La Mona Jiménez” que convoco a una multitud de amantes del cuarteto que junto a los del palo del rock finalizaron este año bailando entre todos tomados de la mano, al compas de esta música popular.
GUILLERMO HERNAN VILLALBA